lunes, octubre 30, 2006


La suave luz encarnada que irradiaban las paredes iluminaban suavemente toda la habitación. Superando en intensidad a la tenue iluminación rojiza, el esplendor anaranjado del pozo centraba toda la antención del lugar, haciendo que esta se dirigiera al centro de la estancia.

De un caracter tan innatural como el resto de la habitación, un ser permanecía erguido junto al pozo. Suspendido a escasos centímetros de la palma de su mano izquierda, flotaba un extraño cuaderno, con las tapas raídas por el paso del tiempo.
El índice derecho de aquel ser, se movía horizontalmente sobre aquellas páginas, sin tocarlas, pero haciendolas pasar lentamente.

Miles y miles de palabras, unas veces escritas con calma, y otras a toda prisa, desfilaban ante sus ojos rojos. Miles y miles de frases, cientos de páginas relatando historias extrañas, cotidianas, excepcionales. Cientos de variaciones de una misma combinación.

De repente, un vacío. Una página en blanco. Y otra, y otra. Mirando con atención, se observaba un garabato aquí y allá, dispuestos de manera aleatoria en cualquier lugar de aquellas páginas prácticametne vacías.

El ser suspiró, pasó una página y comenzó a mover el dedo sobre aquel nuevo espacio en blanco, donde lentamente, comenzaron a aparecer nuevas palabras...

5 comentarios:

isterica dijo...

La madre...! Bueno, en próximos capítulos veremos de qué hablas.

susej dijo...

¿Retorno?

*Laura* dijo...

Y cual esla dire de tu nevo blog????

Martini dijo...

Escalofriante pero genial!

Un abrazo, con tu permiso.

Chica fina opina dijo...

Muy bueno!! Me has dejado enganchada con ganas de más.