Visitando otro pais

Este fin de semana hice una escapadilla con dos amigos a Pau, una ciudad francesa a unos 60 km de la frontera con España.
Lo cierto es que es curioso visitar otro país. Sobre todo si no tienes ni idea del idioma que hablan. Primero, te entra un pánico terrible al darte cuenta que no entiendes la mitad de los carteles y por supuesto ni una sola palabra de lo que dicen.
Menos mal que tenemos el traductor universal (el dedo índice -"quiero esto"-) y que en mi caso también tenía traductor particular, que sí dominaba a la perfección el idioma de las Galias.
Me lleve la impresión de que al menos la Francia pirenaica es preciosa, con esas construcciones típicas y todo tan verde.
Y la comida. Mmmmm, deliciosa, esos patés y esos quesos, de vicio la verdad.
Tan solo se me cayeron dos mitos. Uno, el que fuera de España se habla mejor inglés. En Pau al menos no es así. Con la gente que tuve que tratar (majísimos por otro lado) o no tenían ni papa o hablaban peor que yo, que mira que es difícil.
Otro mito que se desmoronó, este más serio para mi, que me dejo desilusionado, es el del canon de belleza francesa. Lo cierto es que el porcentaje de tías buenas era bastante inferior al español, si comparamos la noche que salí de copas en Pau con una noche cualquiera en mi ciudad. Y además ¡visten fatal! De verdad, en un bar español, una francesa destacaría como un montón desordenado de ropa en medio de El Corte Inglés.
En fin, en general el fin de semana estuvo más que bien, tanto que en cuanto se pueda repetir, repito.