Mil Kilometros

Nuestros cuerpos y la distancia entre ellos caben en menos de 3 metros cuadrados.
Sin embargo te hallas a mil kilómetros de aquí.
Cada palabra de mis labios sale despacio, baja y profunda, sabedora del largo camino que ha de recorrer para llegar a tus labios, a menos de 1 metro, pero lejos como nada en este mundo.
La comunicación es casi imposible, y las frases de mi mente solo encuentran el eco en el enorme vacío entre los dos.
Te ocupas de mantener la distancia, dando siempre un paso hacia atrás. Sé muy bien como se hace, yo lo hago a menudo.
Cuando el vacío se llena con la respuesta, es insustancial, absurda y carente de profundidad.
Lentamente, de nuevo, formulo mis pensamientos. Y poco a poco, muy muy despacio, llegan respuestas con un mínimo sentido, una pieza de un puzzle infinito que no voy a resolver. Ni me gustan ni se me dan bien los puzzles.
Tal vez todo se resuelva solo, lo cierto es que me empieza a dar igual, cuando te preocupas por alguien y hasta alguien se la sopla, que le vas a hacer, das tú mismo el paso atrás.
Al final los mil kilómetros se alojarán también en tu mente.