jueves, marzo 08, 2007

Una posible noche

Los viejos amigos se hallaban ya reunidos, alrededor de la barra de un bar, apurando los últimos tragos de sus bebidas antes de cenar. Entre ellos, un infiltrado de los últimos tiempos, charlaba de pesadillas con el negociador, que ejercitaba animadamente sus mandíbulas triturando hielo.
El cazador se interesaba por el estado de Jaime y su colección, mientras misil y superman mantenían un partido de tenis dialéctico.
¿Estamos todos? La pregunta flotó en el aire. Como respuesta, la puerta del restaurante protesto enérgicamente cuando el doctor entró. Aún gruñendo por el frío, saludo a todos, sonriente, y una sensación agridulce les recorrió como un escalofrío.
Era una agradable reunión, por fin todos juntos, mira que hacía días. Pero el motivo, una especie de despedida, ensombrecía algo el ánimo.
La cena se encargó de borrar la sensación de despedida. Un lugar agradable, poca gente, buena comida y mejor vino. Y risas, muchas risas. Los escarceos amorosos del infiltrado, eran, como siempre, el centro de la mayoría de las bromas, así como la nueva condición de hombre-calzón de misil.
Así, entre conversaciones, comida y la justa medida de alcohol, termino la cena. Sin que nadie preguntara, ni nadie lo propusiera, todos los cuerpos se movían uniformemente hacia un objetivo, los brebajes del mago gris. Allí, la antigua tradición de que el novato probaba el agua de fuego, se torno en una nueva, en la que el homenajeado debería aguantar dos tragos seguidos de la espantosa bebida.
- ¿Y si vamos a aquel bar?
- ¿Por qué no? ¿Estará aquella chica?
- Dijo que era habitual por allí. Igual si. ¿Como se llamaba?
- Anabel.
Un murmullo de aceptación corrió por el pequeño grupo. Ya estaba decidido, irían al bar. Apurando vasos, se prepararon para la fría noche y la pequeña distancia entre la taberna del mago y el bar en cuestión.
Tras la confusión de luces, alcohol y bailes inicial, allí la encontraron. Estaba como aquella otra vez. Al verlos, una sonrisa de reconocimiento la iluminó. Tras un par de tragos, el negociador decidió acercarse a hablar con ella. A los pocos minutos, se acercó a ellos. "Hola chicos, ¿os acordáis de mi? Como no hacerlo.
La noche fue transcurriendo poco a poco, y ella, como la otra vez, bailo con todos y cada uno de ellos, dejando en sus caras esa mirada entre estúpida y divertida del que disfruta como un enano.
Poco a poco, tras un bar más, todos se fueron retirando, para volver a la cama y prepararse para las rutinas del día siguiente.

5 comentarios:

isterica dijo...

Hicísteis cena en pleno miércoles? Y que tal cuerpo llevas hoy pa currar?

elmasmalo dijo...

No, es una posible cena, no ha pasado pero podría.

Martini dijo...

Pos no me ha gustado el final...
¿con quien se queda la chica?

Chica fina opina dijo...

La chica es la borrachera?

Me ha gustado.

Por cierto, acabo de darme cuenta que me tienes como "puñetazos de seda", todo un honor.

CHEMA RQ dijo...

Eres un oráculo.....