Esta es sin duda la historia más interesante que escuchamos en el camino.
En Nájera coincidimos con un caminante que decía estar haciendo el camino del Ebro. Según nos contó consistía en coger el Ebro desde su desembocadura e ir remontándolo hasta Logroño, donde ya tomas el Camino propiamente dicho. Lo cierto es que parece ser un camino muy solitario.
Durante 10 días, anduvo sólo, bebiendo agua de los pozos que encontraba y durmiendo a la intemperie. En algún pueblo el parroco cabrón le negaba el asilo que todo peregrino merece como tal. Yo conozco algo la zona por la que transcurre el camino por Aragón, y tiene que ser duro, porque en ocasiones no encuentras pueblos en 40 kilómetros, y tendría que caminar largos trechos sin sombra.
Así que llego tan curtido al Camino, después de andar solo, sin compañía, sin ducharse en días y mal comer, al llegar a Nájera, con 95 peregrinos más, el shock era evidente.
La historia más graciosa que nos contó fue la de las albóndigas.
Un día, harto de tanto bocadillo, vió en un mercado una lata de albóndigas ya hechas, y decidió, que aunque frías se las comería. Así que ni corto ni perezoso se las compró. Más adelante, ese día, una mujer le regalo un "tupper".
Entonces se le encendió la bombilla. Abrió el bote de albóndigas, los puso en el "tupper" y se dirigió a una casa en el siguiente pueblo. Llamó a la puerta, y amablemente le pidió a la señora si le podía calentar las albóndigas. La señora lo hizo encantada, y esa noche, por fin, pudo comer albóndigas, falsamente caseras, pero al menos calientes, que le supieron a gloria despues de tantos días sin comer en condiciones.
¡Que crack de tío! Ya no lo volvimos a ver, claro, porque llevaba un ritmo más alto que los demás, acostumbrado a hacer más kilómetros que los marcados por las etapas.
5 comentarios:
Por lo que me comentaron mi padre y hermana, las historias del camino son de lo mejor del mismo. Curioso, la verdad. Hay un ligar que es de lo más surrealista en el que vive un tío un poco grillado, que hace misas templarias y se cree un templario. EL tipo se llama tommy y ya preguntaré dónde vivía.
Lo importante es que se las comió calientes, yo crteo que en ese momento no te acuerdas que sond e lata...¡¡¡ñum ñum!!!
Me gustaría a mí hacer alguna vez el camino
Seguro que habia cientos de cosas mas apetecibles que unas albondigas en lata... ¡fijo!
Yo hubiera aderezado la historia con una mentirijilla de esas ..
.. en donde la mujer ademas de calentarle las albondigas le dejo darse una ducha y le hizo una mamada sideral ...
Pero bueno .. por eso yo me pudrire en el infierno mientras ese peregrino toca el arpa en alguna nube !!
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